Sí, realizar sesiones de manera online ofrecen los mismos resultados que de manera presencial.

En las primeras sesiones te ayudaremos a conectarte vía Skype o Zoom. Estas aplicaciones se pueden instalar en el móvil, tablet u ordenador.

En las sesiones online, se establece la misma relación terapéutica y se trabajan las mismas técnicas que de manera presencial, ofreciendo la ventaja de evitar desplazamientos y poder realizarlas donde quieras.

Además, cabe decir que estas plataformas son seguras y ofrecen discreción y confidencialidad.

La duración de la terapia es difícil de determinar. Siempre habrá que ver cuáles son las necesidades del/la paciente y su nivel de cambio. Por lo general, es el paciente mismo quien determina que “ya se encuentra mejor” o que observa “que ya empieza a poder gestionar solo/a su vida diaria”. El/la analista determinará entonces si ya está preparado para ir terminando su terapia. 

Hay que remarcar que, la terapia psicoanalítica trata los problemas de raíz y para que el cambio se realice, hay que contar con el compromiso del/la paciente hacia su cambio. 

Para ello, hay que pensar, principalmente, que hay que establecer una responsabilidad con el cambio y darle tiempo a que este se produzca.

Requiere, por tanto, de un esfuerzo inicial, esfuerzo que seguro compensará, con unos resultados estables y duraderos.

Una vez terminado la terapia, se puede acudir a consulta para tratar temas puntuales que hayan podido surgir en el transcurso del tiempo post-terapia, aunque, mayoritariamente, lo que suele suceder, es que los/las pacientes acuden cada medio año o incluso una vez al año, para poder revisar cómo está su estado de ánimo y para ver si hay algún aspecto puntual de su vida que quieren revisar.

Es recomendable, sobre todo al iniciar la terapia, que las sesiones sean una vez a la semana. En casos más urgentes se pueden realizar dos sesiones a la semana. La frecuencia siempre se adapta en función de las necesidades y la situación del/la paciente.

Cada sesión dura 60 minutos, aunque se puede adaptar la duración en función de los intereses de/la paciente y de la situación (por ejemplo, se pueden hacer sesiones de 30 minutos online). Aun así, es recomendable que las sesiones tengan una duración de 60 minutos para poder tratar los temas con calma y profundidad.

El precio de una sesión de 60 minutos es de 60 euros.